Giuseppe Garibaldi Citas famosas

Última actualización : 5 de septiembre de 2024

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Giuseppe Garibaldi
  • No ofrezco paga, ni alojamiento, ni comida; ofrezco solo hambre, sed, marchas forzadas, batallas y muerte. Que el que ama a su patria con el corazón, y no solo con los labios, me siga.

  • Insisto en que los hombres tendrán derecho a desarrollar sus vidas a su manera, siempre permitiendo a los demás el derecho a desarrollar sus vidas a su manera también.

  • Un inicio audaz es la mitad de la batalla.

  • La necesidad no se somete a debate.

  • El sacerdote es la personificación de la falsedad.

  • Ah, no, lejos esté de mí un pensamiento que detesto como veneno.

  • Pronuncio esta palabra con el más profundo afecto y desde el fondo de mi corazón.

  • Que regresen a sus hogares solo aquellos que son llamados por los deberes imperativos que tienen con sus familias, y aquellos que por sus gloriosas heridas han merecido el crédito de su país.

  • La posteridad te llamará el gran emancipador, un título más envidiable que cualquier corona podría ser, y más grande que cualquier tesoro meramente mundano.

  • También ustedes, mujeres, desechen a todos los cobardes de sus abrazos; solo les darán cobardes por hijos, y ustedes que son las hijas de la tierra de la belleza deben tener hijos nobles y valientes.

  • Baco ha ahogado a más hombres que Neptuno.

  • A esta página maravillosa de la historia de nuestro país se agregará otra aún más gloriosa, y el esclavo mostrará por fin a sus hermanos libres una espada afilada forjada con los eslabones de sus cadenas.

  • Si estas manos, acostumbradas a luchar, serían aceptables para Su Santidad, las dedicamos con mucha gratitud al servicio de aquel que merece tanto bien de la Iglesia y de la patria.

  • Sí, jóvenes, Italia les debe una empresa que ha merecido el aplauso del universo. Has vencido y vencerás aún, porque estás preparado para las tácticas que deciden el destino de las batallas.

  • Hombres, me voy de Roma. Cualquiera que quiera continuar la guerra contra los forasteros, venga conmigo. No puedo ofrecerte honores ni salarios; te ofrezco hambre, sed, marchas forzadas, batallas y muerte. Cualquiera que ame a su país, sígueme.