Luc de Clapiers Citas famosas

Última actualización : 5 de septiembre de 2024

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Luc de Clapiers
  • No está en el poder de todos asegurar la riqueza, el cargo o los honores; pero todos pueden ser buenos, generosos y sabios.

  • El pretexto habitual de quienes hacen infelices a los demás es que lo hacen por su propio bien.

  • Somos tan presuntuosos que pensamos que podemos separar nuestro interés personal del de la humanidad y calumniar a la humanidad sin comprometernos a nosotros mismos.

  • A menudo nos peleamos con los desafortunados para deshacernos de compadecerlos.

  • No naces para la fama si no conoces el valor del tiempo.

  • Las cosas que mejor sabemos son las cosas que no nos han enseñado.

  • El arte de agradar es el arte del engaño.

  • La acción hace más fortuna que la precaución.

  • Todos los grandes pensamientos vienen del corazón.

  • Las emociones han enseñado a la humanidad a razonar.

  • Uno no puede ser justo si no es humano.

  • La claridad es el contrapeso de los pensamientos profundos.

  • La gente perezosa siempre está ansiosa por hacer algo.

  • Debes mantener la fuerza del cuerpo para preservar la fuerza de la mente.

  • La paciencia es el arte de esperar.

  • Las máximas de los hombres revelan su carácter.

  • El hábito lo es todo, incluso en el amor.

  • La desesperación exagera no solo nuestra miseria sino también nuestra debilidad.

  • Los grandes hombres emprenden grandes cosas porque son grandes; los tontos, porque piensan que son fáciles.

  • El mayor mal que la fortuna puede traer a los hombres es dotarlos de recursos débiles y, sin embargo, hacerlos ambiciosos.

  • Los grandes hombres, como la naturaleza, usan un lenguaje sencillo.

  • La excusa común para quienes traen desgracias a los demás es que desean su bien.

  • El vicio provoca guerras, la virtud pelea.

  • Para lograr grandes cosas debemos vivir como si nunca fuéramos a morir.

  • Pocas personas son lo suficientemente modestas como para ser estimadas en su verdadero valor.

  • A los niños se les enseña a temer y obedecer; la avaricia, el orgullo o la timidez de los padres les enseña economía, arrogancia o sumisión. También se les anima a ser imitadores, un curso al que ya están demasiado inclinados. Nadie piensa en hacerlos originales, valientes, independientes.

  • La ignorancia no es falta de inteligencia, ni el conocimiento una prueba de genio.

  • La brevedad de la vida no puede disuadirnos de sus placeres, ni consolarnos de sus dolores.

  • La desconfianza excesiva no es menos dañina que su opuesto. La mayoría de los hombres se vuelven inútiles para aquel que no está dispuesto a arriesgarse a ser engañado.

  • Los consejos de los viejos, como el sol de invierno, brillan, pero no dan calor.

  • El hombre nunca se eleva a las grandes verdades sin entusiasmo.

  • Nos duele menos el desprecio de los tontos que la tibia aprobación de los hombres inteligentes.

  • Debemos esperarlo todo y temerlo todo del tiempo y de los hombres.

  • Debes despertar en la conciencia de las personas su propia prudencia y fortaleza, si quieres elevar su carácter.

  • La servidumbre envilece a los hombres hasta el punto de que les termina gustando.

  • La indolencia es el sueño de la mente.

  • Persevera en la lucha, lucha, no la dejes ir, piensa magnánimamente en el hombre y en la vida, porque el hombre es bueno y la vida es próspera y fructífera.

  • Los ociosos siempre tienen la intención de hacer algo.