Federico Garcia Lorca Citas famosas

Última actualización : 5 de septiembre de 2024

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Federico Garcia Lorca
  • El día en que se erradique el hambre de la tierra, habrá la mayor explosión espiritual que el mundo haya conocido. La humanidad no puede imaginar la alegría que irrumpirá en el mundo.

  • Tuve la suerte de ver con mis propios ojos la reciente caída del mercado de valores, donde perdieron varios millones de dólares, una chusma de dinero muerto que se fue deslizando al mar.

  • Arder de deseo y callarnos al respecto es el mayor castigo que podemos infligirnos a nosotros mismos.

  • El día que desaparezca el hambre, el mundo verá la mayor explosión espiritual que la humanidad haya visto jamás.

  • Pero yo ya no soy yo Ni mi casa es ya mi casa. Pero ahora ya no soy yo, ni mi casa ya es mi casa.

  • La parte terrible, fría y cruel es Wall Street. Ríos de oro fluyen allí de todas partes de la tierra, y la muerte viene con él. Allí, como en ningún otro lugar, sientes una ausencia total del espíritu: manadas de hombres que no pueden contar más allá de tres, manadas más que no pueden contar más allá de seis, desprecio por la ciencia pura y respeto demoníaco por el presente. Y lo terrible es que la multitud que llena la calle cree que el mundo siempre será el mismo y que es su deber mantener esa enorme máquina funcionando, día y noche, para siempre.

  • Como no me he preocupado de nacer, no me preocupo de morir.

  • Desde que me casé he estado pensando noche y día en de quién fue la culpa, y cada vez que lo pienso, sale una nueva culpa para comerme la anterior; pero siempre queda una falla.

  • Siempre seré feliz si me dejan solo en ese rincón más delicioso y desconocido, aparte de luchas, putrefacciones y tonterías; el último rincón de azúcar y tostadas, donde las sirenas atrapan las ramas de los sauces y el corazón se abre al filo de una flauta.

  • Dios mío, he venido con las semillas de las preguntas. Los planté y nunca florecieron.

  • A menudo me he perdido a mí mismo, para encontrar la quemadura que mantiene todo despierto

  • Pero date prisa, entrelazémonos como uno solo, con la boca rota, el alma mordida por el amor, para que el tiempo nos descubra destruidos a salvo.

  • El poema, la canción, la imagen, es solo agua extraída del pozo de la gente, y se le debe devolver en una copa de belleza para que puedan beber, y al beber comprenderse a sí mismos.

  • En el jardín moriré. En el rosal me matarán.

  • Las ancianas pueden ver a través de las paredes.

  • Saco la cabeza por la ventana y veo cuánto quiere cortarla el cuchillo del viento. En esta guillotina invisible, he colocado la cabeza sin ojos de todos mis deseos.

  • El amor es el beso en el nido tranquilo mientras las hojas tiemblan, reflejadas en el agua.

  • No hay nada más poético y terrible que la batalla de los rascacielos con los cielos que los cubren.

  • En España, los muertos están más vivos que los muertos de cualquier otro país del mundo.

  • La noche de abajo. Nosotros dos. Cristal de dolor. Lloraste a grandes distancias. Mi dolor era un embrague de agonías sobre tu enfermizo corazón de arena.

  • Hoy en mi corazón un vago temblor de estrellas y todas las rosas son tan blancas como mi dolor.

  • variaciÃ3n / Variations El remanso de aire bajo la rama del eco. El remanso del agua bajo fronda de luceros. El remanso de tu boca bajo espuma de besos. * Las aguas quietas del aire bajo la rama del eco. Las aguas tranquilas del agua bajo una fronda de estrellas. Las aguas quietas de tu boca bajo un matorral de besos. Traducido del español por Lysander Kemp

  • Verte desnudo es recordar la Tierra.

  • Además del arte negro, solo hay automatización y mecanización.

  • Devotamente, los maestros señalan enormes cúpulas fumigadas; pero debajo de las estatuas no hay amor, no hay amor debajo de los ojos incrustados en cristal. El amor está ahí, en la carne desgarrada por la sed, en la pequeña choza luchando contra el diluvio; el amor está ahí, en las zanjas donde luchan las serpientes del hambre, en el mar triste que mece a las gaviotas muertas, y en el beso más oscuro y punzante debajo de las almohadas.